No se por dónde empezar... Aquí todos los días son para recordar cada segundo, por eso no encuentro el momento de escribir.
Me olvidé de contaros que antes de ir a ver El Corso (ahora ya sabéis de que hablo), Dina y Geisa me llevaron al Parque Nacional del Tunari, lugar muy especial para Dina, y para mi a partir de este día también.
Un lugar en el que sientes la naturaleza cerca a muy pocos km de la ciudad. Me pareció increíble ver la muerte y la vida en el mismo lugar. Lo sé, suena bastante raro pero no encuentro las palabras. Por desgracia he visto más de una vez bosques quemados pero os aseguro que ninguno como este. Ver de lejos una mancha negra en medio de las montañas, es algo que parece habitual , en muchos lugares, el hombre, responsable, lo que quiere es ir ganandole terreno a las montañas. En este caso, ver que nos acercábamos a una zona de arboles quemados, pensé, " Dónde me llevan si está todo muerto...". Pues bien, es realmente inexplicable . En esos mismos troncos que de lejos solo eran una mancha negra, encontré más vida de la que nadie puede imaginarse.
Os puedo decir que no había visto nada igual.
PARQUE NACIONAL DEL TUNARI
Tras disfrutar de una caminata por el parque y reconocer que no hay que darse por vencido porque hasta de las situaciones más negras se sale (que se lo digan estos arboles)😊, regresamos a la ciudad para descansar, despedirnos de Geisa y encontrarnos con Maru a quién no veía desde que vino a España hace 5 años.
Tras el reencuentro con Maru, me despedí por unas horas de Dina y Maru que me dejaban para que pudiera ir a disfrutar El Corso un rato.
ResponderEliminarRealment impressiona el paisatge, viu i gaudeix-ne .