El sábado después de ver El Corso me despedí de Geisa, amiga de Dina, encantadora, dulce, tierna y a quién agradezco de una forma infinita su amabilidad y hospitalidad. Espero que nos volvamos a ver!
Tras despedirme de Geisa, recogí mi mochila y me fuí a casa de Maru y Jose con quien tenía ganas de encontrarme.
Me habría encantado quedarme más dias con ellos, pero si quería ver más de Bolivia, tenía que irme.
Eso sí, fuí una afortunada por poder celebrar el cumpleaños de Maru durante todo el día en un lugar tan increible como su hogar y en compañía de unas amisades tan maravillosas.
Gracias por acogerme y regalarme esos momentos inolvidables.
Me sentí como en casa y entre familia.
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